Lo cierto, si Dios quiere, es que el primero que se entretuvo con los relatos nocturnos fue Alejandro Magno, que tenía muchas personas dispuestas a distraerle y a contarle cuentos; él no veía en ello un pasatiempo, sino un medio de estar siempre vigilante y alerta. |
(Ibn al-Nadim, Kitab al-fihrist o Libro del Índice, 978 d.c.) |
1. Los pollos mágicos 1. El coche fantasma |