—–—– XLII —–—–
Villancico de la niña y el soldao
- ¿Pa qué me das el pañuelo
con esa cara bordá
si sabes que soy soldao
y no me puedo casar?
- Y anda y no te cases,
y a la orilla del mar
has venío tan sólo por verme.
- Mira, niña, que me estoy muriendo
déjame que muera.
- A la orden de este batallón
vienes a anunciar.
- Mira, niña, que soy artillero
de Puerto Real,
y me han dicho que estás a la muerte.
- ¡Jesús, qué es mentira!
- Déjame que me muera tranquilo,
libre y sin casar
que muriendo se acaba la guerra
que ya, ya, ya,
que ya, ya, ya.
- Si desprecias mi pañuelo
y dices que no me quieres
no me verás, soldaíto,
y hasta el domingo que viene.
- Y anda y no te cases (...)
A la semana siguiente
el soldao no volvió,
llorando se fue a su casa
porque la guerra acabó.
- Y anda y no te cases (...)
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